Qué es el despido improcedente

El despido improcedente en Cádiz es la decisión unilateral del empleador de extinguir la relación laboral con el trabajador por una causa legalmente establecida. Según la causa, el despido puede ser disciplinario u objetivo.

• El despido disciplinario se basa en un incumplimiento grave y culpable del trabajador.

• El despido objetivo se basa en causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.

El despido debe ser comunicado por escrito al trabajador, indicando la causa y la fecha de efectos del mismo. Además, debe respetar el plazo de preaviso y la indemnización correspondientes.

El despido improcedente es aquel que no cumple con los requisitos legales para ser considerado como disciplinario u objetivo. El despido improcedente puede ser declarado por un juez, si el trabajador impugna el despido ante los tribunales, o por el propio empleador. Si reconoce la improcedencia del despido en el acto de conciliación previo al juicio.

Qué consecuencias tiene el despido improcedente

El despido improcedente implica el derecho del trabajador a una indemnización de 33 días de salario por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades, o a la readmisión en su puesto de trabajo, si el empleador opta por esta opción.

La indemnización es la compensación económica que recibe el trabajador por la pérdida de su empleo. La indemnización se calcula en función del salario y del tiempo de servicio del trabajador.

La readmisión es la reincorporación del trabajador a su puesto de trabajo, con las mismas condiciones que tenía antes del despido. La readmisión implica el abono de los salarios de tramitación, que son los que el trabajador ha dejado de percibir desde la fecha del despido hasta la fecha de la readmisión.

Qué opciones tienes para reclamar la indemnización o la readmisión

Los trabajadores que se enfrentan a un despido improcedente en Cádiz tienen derecho a defender sus intereses y a reclamar la indemnización o la readmisión que les corresponde. Para ello, es recomendable contar con el asesoramiento y la representación de un abogado laboralista, que pueda orientar al trabajador sobre los pasos a seguir, las pruebas a aportar, los plazos a cumplir y las posibilidades de éxito de su demanda.

Un abogado laboralista puede ayudar al trabajador a negociar con el empleador, a acudir al acto de conciliación y, en caso de no llegar a un acuerdo, a presentar la demanda judicial y defender sus derechos ante el juez.

Además, el abogado laboralista puede informar al trabajador sobre los métodos alternativos de resolución de conflictos laborales, como la mediación, el arbitraje o la conciliación. Estos métodos son formas de resolver los conflictos de manera pacífica y consensuada, sin necesidad de acudir a los tribunales. Estos métodos tienen ventajas como el ahorro de tiempo y dinero, el respeto a la autonomía de las partes, la preservación de las relaciones personales, la creatividad y flexibilidad de las soluciones, la prevención de futuros conflictos, etc.